Por: Camila Botero Santos
Desde principio de los años noventas el creciente fenómeno de la globalización se ha asociado a aquellos aspectos relacionados con la actividad comercial. Lo cierto es que hoy en día se abre una nueva perspectiva en donde se aprecia el gran impacto de este proceso mundial en el que los seres humanos tienen una mayor interdependencia, en otras facetas de la vida económica, cultural, política, tecnológica, etc. En el marco de la creación de negocios sostenibles que perduren en el tiempo, el proceso de globalización replantea las relaciones empresariales a través de una nueva forma de pensar la diversidad. Es gracias a los avances tecnológicos que se crean redes integradas de comunicación que permiten que estas relaciones funcionen en una sociedad que, como señala la Universidad Nacional de la Rioja (2003), exige una nueva forma de organización en la que prime la cultura de la innovación. Pero, ¿Cómo se interpreta la interculturalidad en los vínculos empresariales? ¿Por qué la tecnología y la comunicación son hoy herramientas claves en los negocios internacionales? La importancia de estos interrogantes radica en que una sociedad globalizada inmersa en un sistema capitalista, demanda nuevos instrumentos que generen beneficios sociales y económicos al entorno.
Desde principio de los años noventas el creciente fenómeno de la globalización se ha asociado a aquellos aspectos relacionados con la actividad comercial. Lo cierto es que hoy en día se abre una nueva perspectiva en donde se aprecia el gran impacto de este proceso mundial en el que los seres humanos tienen una mayor interdependencia, en otras facetas de la vida económica, cultural, política, tecnológica, etc. En el marco de la creación de negocios sostenibles que perduren en el tiempo, el proceso de globalización replantea las relaciones empresariales a través de una nueva forma de pensar la diversidad. Es gracias a los avances tecnológicos que se crean redes integradas de comunicación que permiten que estas relaciones funcionen en una sociedad que, como señala la Universidad Nacional de la Rioja (2003), exige una nueva forma de organización en la que prime la cultura de la innovación. Pero, ¿Cómo se interpreta la interculturalidad en los vínculos empresariales? ¿Por qué la tecnología y la comunicación son hoy herramientas claves en los negocios internacionales? La importancia de estos interrogantes radica en que una sociedad globalizada inmersa en un sistema capitalista, demanda nuevos instrumentos que generen beneficios sociales y económicos al entorno.
Actualmente, las
tendencias mundiales de mercado han llevado a que las empresas alrededor del
mundo emprendan procesos de internacionalización que les permitan convertirse
en organizaciones productivas con un crecimiento vital y rendimientos
financieros superiores. Esto, ha generado encuentros personales y económicos
entre diferentes culturas que contribuyen no solamente al desarrollo de los
lazos comerciales entre naciones, sino también al entendimiento cultural de
otros ambientes. La cultura entonces, empieza a tener un papel determinante en
el mundo de los negocios, ya que conocer los valores de la cotidianidad de las
partes es un factor determinante en las relaciones. Por esta razón, a favor de
la competitividad de los negocios, es fundamental establecer en el marco estratégico empresarial “instrumentos
de gestión que reconozcan la multiculturalidad en los negocios y pomuevan las
competencias interculturales” (Laec, s.f. P1).
La interculturalidad, entendida como la
interacción simultánea entre culturas, se presenta hoy entonces, como una
situación común y necesaria en el ámbito comercial. Las organizaciones modernas
hacen cada vez más evidente una nueva forma de trabajar en ambientes diversos
que aprovechan los conocimientos y experiencias de múltiples profesionales
debidamente calificados para competir a nivel global. En un mundo empresarial
que exige cada vez más altos estándares internacionales, comprender diferentes “valores,
creencias, percepciones, actitudes, estilos de aprendizaje, formas de
comunicación, motivación, enfoque del conflicto y temores", se
convierte en una ventaja competitiva para la efectividad de los negocios (Budjac,
2011. P5). De esta manera, se entiende que proteger las tradiciones y negar
nuevas convicciones constituye en mínimas garantías del éxito, por lo que se
hace necesario contar con “directivos que valoren, incluso celebren las
diferencias de su gente, de manera que se aumente la capacidad de un equipo a
reaccionar exitosamente ante el cambio e imaginar soluciones novedosas ante los
problemas comunes” (Laec, s.f, P1).
La comunicación entre culturas no es un
fenómeno nuevo, sin embargo actualmente la globalización y la masificación de
la tecnología han favorecido la aproximación entre personas de diferentes
países. Sin duda alguna, la véloz integración de mercado, sociedad y cultura
alrededor del mundo, no hubiera sido posible sin la consolidación de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación. Las también llamadas TICs que
agrupan las técnicas y los elementos usados en el tratamiento y la transmisión
del conocimiento, provocan continuas transformaciones en las estructuras
económicas, sociales y culturales en la medida en que crean una red global de
producción informativa. Esta nueva organización ha construido lo que se conoce
como la Sociedad de la Información. Una sociedad mucho más universal que, según
la Universidad Nacional de la Rioja (2003), se edifica en la interconexión, el
intercambio de información en distintos soportes, la velocidad de la
transmisión y la inmediatez. Como bien argumenta Valés (s.f), en un modelo
donde el conocimiento y la información aparecen como el fundamento de
desarrollo; las máquinas dejan de ser instrumentos técnicos y se convierten en
herramientas que “determinan la organización social, el futuro que seguirá la
sociedad y su proceso productivo” (Valés, S.F, P2).
En ese orden de ideas, las Tecnologías de la Información y la Comunicación han revolucionado las relaciones de las empresas con su entorno. Estas, presentes en todas y cada una de las actividades, “afectan la ventaja competitiva porque juegan un papel significativo en la posición de costos, en la diferenciación de las compañías o en la mejora de parámetros de funcionalidad” (Ortiz & Pedroza, 2006, P75). Las TICs adquieren relevancia en el ámbito empresarial porque se convierten en el elemento clave para hacer el trabajo más productivo y competitivo, ya que permiten por bajo costo, promocionar productos y servicios, agilizar las comunicaciones y sustentar el trabajo en equipo. Y es precisamente gracias a la plataforma virtual global de información que estas brindan, que las organizaciones enmarcan sus operaciones comerciales y sociales rutinarias en un proceso de negociación intercultural que involucra diversas formas de pensar y de comportarse.
No cabe duda que en los nuevos modelos de negocios es
cada vez más recurrente la generación de ambientes multiculturales que se
generan por interacción en la diversidad de culturas. De manera que el empleo
de tecnologías especialmente novedosas es fundamental para que, como añade
Macías (2007), se construya un espacio abierto a la colaboración. El desafío de
las instituciones entonces, consiste en masificar e innovar en el uso de estas
para crear herramientas de verdadero impacto social. A través del
perfeccionamiento de instrumentos que faciliten el elemento humano como
sistemas en la nube, correos electrónicos, telefonía móvil, aulas virtuales,
wikis, blogs, softwares, audio conferencias, etc. será posible desarrollar la
capacidad de comunicación y de inteligencia emocional necesaria para la
negociación intercultural.
Para concluir, cabe desatacar que en un
mundo globalizado, poseer la información y por ende la tecnología necesaria
para adquirirla, es una decisiva arma competitiva en un ambiente empresarial
diverso y sujeto a rápidos y profundos cambios. Sin embargo, el desafío de las
nuevas tecnologías en un ambiente intecultural no se limita a la adquisición
técnica de los recursos que conectan, sino también a la puesta en marcha de
estrategias que faciliten una comunicación intercultural efectiva para conocer
las otras personas a partir de nuestros propios sistemas de valores. De esta
manera, el factor cultural en las relaciones comerciales internacionales no
debe quedar relegado a un segundo plano, sino por el contrario, se deben tomar
fuertes medidas que según Baelo & Cantón (2009) apuntan a crear políticas de
alfabetización digital, sistemas de recompensas y motivaciones.
Muchas gracias :) me sirvió mucho
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