jueves, 6 de febrero de 2014

Negociación Intercultural: Desafío de las Nuevas Tecnologías

Por: Camila Botero Santos

          Desde principio de los años noventas el creciente fenómeno de la globalización se ha asociado a aquellos aspectos relacionados con la actividad comercial. Lo cierto es que hoy en día se abre una nueva perspectiva en donde se aprecia el gran impacto de este proceso mundial en el que los seres humanos tienen una mayor interdependencia, en otras facetas de la vida económica, cultural, política, tecnológica, etc. En el marco de la creación de negocios sostenibles que perduren en el tiempo, el proceso de globalización replantea las relaciones empresariales a través de una nueva forma de pensar la diversidad. Es gracias a los avances tecnológicos que se crean redes integradas de comunicación que permiten que estas relaciones funcionen en una sociedad que, como señala la Universidad Nacional de la Rioja (2003), exige una nueva forma de organización en la que prime la cultura de la innovación. Pero, ¿Cómo se interpreta la interculturalidad en los vínculos empresariales? ¿Por qué la tecnología y la comunicación son hoy herramientas claves en los negocios internacionales? La importancia de estos interrogantes radica en que una sociedad globalizada inmersa en un sistema capitalista, demanda nuevos instrumentos que generen beneficios sociales y económicos al entorno.
          Actualmente, las tendencias mundiales de mercado han llevado a que las empresas alrededor del mundo emprendan procesos de internacionalización que les permitan convertirse en organizaciones productivas con un crecimiento vital y rendimientos financieros superiores. Esto, ha generado encuentros personales y económicos entre diferentes culturas que contribuyen no solamente al desarrollo de los lazos comerciales entre naciones, sino también al entendimiento cultural de otros ambientes. La cultura entonces, empieza a tener un papel determinante en el mundo de los negocios, ya que conocer los valores de la cotidianidad de las partes es un factor determinante en las relaciones. Por esta razón, a favor de la competitividad de los negocios, es fundamental establecer en el marco estratégico empresarial “instrumentos de gestión que reconozcan la multiculturalidad en los negocios y pomuevan las competencias interculturales” (Laec, s.f. P1).
          La interculturalidad, entendida como la interacción simultánea entre culturas, se presenta hoy entonces, como una situación común y necesaria en el ámbito comercial. Las organizaciones modernas hacen cada vez más evidente una nueva forma de trabajar en ambientes diversos que aprovechan los conocimientos y experiencias de múltiples profesionales debidamente calificados para competir a nivel global. En un mundo empresarial que exige cada vez más altos estándares internacionales, comprender diferentes valores, creencias, percepciones, actitudes, estilos de aprendizaje, formas de comunicación, motivación, enfoque del conflicto y temores", se convierte en una ventaja competitiva para la efectividad de los negocios (Budjac, 2011. P5). De esta manera, se entiende que proteger las tradiciones y negar nuevas convicciones constituye en mínimas garantías del éxito, por lo que se hace necesario contar con “directivos que valoren, incluso celebren las diferencias de su gente, de manera que se aumente la capacidad de un equipo a reaccionar exitosamente ante el cambio e imaginar soluciones novedosas ante los problemas comunes” (Laec, s.f, P1).
         La comunicación entre culturas no es un fenómeno nuevo, sin embargo actualmente la globalización y la masificación de la tecnología han favorecido la aproximación entre personas de diferentes países. Sin duda alguna, la véloz integración de mercado, sociedad y cultura alrededor del mundo, no hubiera sido posible sin la consolidación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Las también llamadas TICs que agrupan las técnicas y los elementos usados en el tratamiento y la transmisión del conocimiento, provocan continuas transformaciones en las estructuras económicas, sociales y culturales en la medida en que crean una red global de producción informativa. Esta nueva organización ha construido lo que se conoce como la Sociedad de la Información. Una sociedad mucho más universal que, según la Universidad Nacional de la Rioja (2003), se edifica en la interconexión, el intercambio de información en distintos soportes, la velocidad de la transmisión y la inmediatez. Como bien argumenta Valés (s.f), en un modelo donde el conocimiento y la información aparecen como el fundamento de desarrollo; las máquinas dejan de ser instrumentos técnicos y se convierten en herramientas que “determinan la organización social, el futuro que seguirá la sociedad y su proceso productivo” (Valés, S.F, P2).
         
En ese orden de ideas, las Tecnologías de la Información y la Comunicación han revolucionado las relaciones de las empresas con su entorno. Estas, presentes en todas y cada una de las actividades, “afectan la ventaja competitiva porque juegan un papel significativo en la posición de costos, en la diferenciación de las compañías o en la mejora de parámetros de funcionalidad” (Ortiz & Pedroza, 2006, P75). Las TICs adquieren relevancia en el ámbito empresarial porque se convierten en el elemento clave para hacer el trabajo más productivo y competitivo, ya que permiten por bajo costo, promocionar productos y servicios, agilizar las comunicaciones y sustentar el trabajo en equipo. Y es precisamente gracias a la plataforma virtual global de información que estas brindan, que las organizaciones enmarcan sus operaciones comerciales y sociales rutinarias en un proceso de negociación intercultural que involucra diversas formas de pensar y de comportarse.

          No cabe duda que en los nuevos modelos de negocios es cada vez más recurrente la generación de ambientes multiculturales que se generan por interacción en la diversidad de culturas. De manera que el empleo de tecnologías especialmente novedosas es fundamental para que, como añade Macías (2007), se construya un espacio abierto a la colaboración. El desafío de las instituciones entonces, consiste en masificar e innovar en el uso de estas para crear herramientas de verdadero impacto social. A través del perfeccionamiento de instrumentos que faciliten el elemento humano como sistemas en la nube, correos electrónicos, telefonía móvil, aulas virtuales, wikis, blogs, softwares, audio conferencias, etc. será posible desarrollar la capacidad de comunicación y de inteligencia emocional necesaria para la negociación intercultural.

          Para concluir, cabe desatacar que en un mundo globalizado, poseer la información y por ende la tecnología necesaria para adquirirla, es una decisiva arma competitiva en un ambiente empresarial diverso y sujeto a rápidos y profundos cambios. Sin embargo, el desafío de las nuevas tecnologías en un ambiente intecultural no se limita a la adquisición técnica de los recursos que conectan, sino también a la puesta en marcha de estrategias que faciliten una comunicación intercultural efectiva para conocer las otras personas a partir de nuestros propios sistemas de valores. De esta manera, el factor cultural en las relaciones comerciales internacionales no debe quedar relegado a un segundo plano, sino por el contrario, se deben tomar fuertes medidas que según Baelo & Cantón (2009) apuntan a crear políticas de alfabetización digital, sistemas de recompensas y motivaciones.

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